Nathalie Roebbel (OMS): “La contaminación urbana causa siete millones de muertes prematuras cada año”
08/05/2019 - Naturgy
“Los efectos combinados de la contaminación del aire ambiente exterior y del doméstico causan alrededor de 7 millones de muertes prematuras cada año, por el aumento accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias agudas”. La coordinadora de Contaminación Atmosférica y Salud Urbana de la OMS, Nathalie Roebbel, alertó con estas cifras sobre las consecuencias de la calidad del aire en las ciudades, en el marco un seminario organizado por la Fundación Naturgy en Bruselas.
Roebbel recordó que el 91% de la población mundial respira aire contaminado y que más de 3.000 millones de personas cocinan con fuentes energéticas contaminantes en sus casas. “Las ciudades del mundo están creciendo rápidamente, y por ello las políticas para mejorar el aire urbano deben hacer frente a esta mayor exposición de las personas que viven en entornos urbanos”, aseveró Roebbel.
La representante de la OMS afirmó que es necesario un liderazgo global, coordinación entre los diferentes sectores sociales y las organizaciones intergubernamentales, planes nacionales y locales y, sobre todo, que la salud esté en el centro de las políticas urbanas. E hizo un llamamiento a las instituciones públicas para invertir más en medidas de prevención, que hoy apenas representan un 4% del gasto en salud pública.
En este sentido, María Eugenia Coronado, directora general de la Fundación Naturgy, afirmó que “no hay una solución única para tratar de mitigar la contaminación en las ciudades, que proviene principalmente del tráfico rodado, por lo que es imprescindible analizar con detalle cada área urbana para aplicar las medidas óptimas que permitan alcanzar los resultados deseados de reducción de emisiones contaminantes”. Destacó igualmente la necesidad de establecer medidas adecuadas para cada ciudad, teniendo en cuenta la relación coste-beneficio versus los resultados esperados, y considerando, entre otras, las características geográficas y climáticas, los hábitos y necesidades de sus habitantes y las alternativas tecnológicas y de combustible que permitan mayor sostenibilidad según su uso.
Por su parte, Daniel Calleja, director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea (CE), que participó en la apertura del seminario, enfatizó la mejora de la calidad del aire en zonas urbanas a través de acciones a nivel europeo, nacional, regional, local y por parte del sector privado. Calleja señaló que, en la UE, la deficiente calidad del aire causa 400.000 muertes prematuras y supone un coste de 24.000 millones de euros cada año, También recordó que la calidad del aire es la segunda preocupación de los ciudadanos de la UE, sólo por detrás del cambio climático. Por ello, la Comisión Europea ha iniciado un proceso de evaluación regulatoria de la legislación medioambiental.
Los casos de Berlín, la Lombardía y Madrid
El jefe de Gestión de la Calidad del Aire en el Departamento de Medio Ambiente, Transporte y Protección del Clima de Berlín, Martin Lutz, presentó los resultados del programa “No diesel without a filter”, gracias al cual los niveles de partículas de la capital alemana se han reducido considerablemente. Sin embargo, explicó que, a pesar de los esfuerzos realizados, Berlín sigue luchando para cumplir la norma de calidad del aire para el dióxido de nitrógeno (NO2), igual que muchas otras grandes ciudades de Europa. También se refirió al incumplimiento de las normas de control de emisiones de la UE para los vehículos diesel y la creciente presión para que se actúe con rapidez a raíz de las sentencias de los tribunales alemanes y los procedimientos de infracción incoados por la CE contra Alemania.
“Berlín cumple los valores límite de partículas, pero dadas las crecientes pruebas del efecto sobre la salud a niveles de contaminación aún más bajos, sigue habiendo buenas razones para adoptar nuevas medidas para aproximarse a los niveles de referencia más protectores de la OMS en 2030”, afirmó Lutz.
Lutz destacó algunas medidas clave del nuevo proyecto de plan de calidad del aire de Berlín, presentado hace apenas dos semanas a consulta pública. Además de las de emergencia, como restricciones de acceso a vehículos diésel que aún superan el valor límite de NO2, el plan intenta de nuevo aplicar medidas a escala de toda la ciudad, para reducir los valores de NO2 en 2020 y para modificar la movilidad urbana, pasando del vehículo privado a modos de transporte más sanos y compatibles con la ciudad.
Guido Lanzani, jefe de la Unidad de Calidad del Aire de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de la Región de Lombardía, explicó que las características orográficas y meteorológicas de la región determinan unas condiciones de dispersión muy deficientes, y “a pesar de una tendencia significativa a la disminución de las emisiones durante años, a menudo se supera el límite diario de partículas y el límite anual de NO2”.
“El tráfico rodado es la principal fuente de emisión de óxidos de nitrógeno en todo el valle del Po, mientras que la quema de madera es responsable del 44% de la emisión de partículas”, explicó Lanzani. “Hemos sentado las bases para reducir esta fuente de contaminantes, con una clasificación de las calefacciones, la prohibición progresiva del uso de las peores y requisitos cada vez más ambiciosos para las nuevas instalaciones” afirmó, y puso énfasis también en los programas de “información y sensibilización a la población puestos en marcha”. Con el plan de calidad del aire implantado en la región de Lombardía, “en 2025 está previsto que se respeten plenamente las normas en materia de partículas y NO2”.
Por su parte el subdirector de Energía y Cambio Climático del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Juan Azcarate, explicó que el Plan de Madrid para la Calidad del Aire y el Cambio Climático (Plan A) tiene por objeto promover vehículos más limpios en sectores clave que tienen un impacto significativo en las emisiones derivadas del tráfico rodado. “El transporte es la principal fuente de contaminantes atmosféricos y de emisiones directas de gases de efecto invernadero en la ciudad, y el Plan A incluye acciones e instrumentos combinados hacia una movilidad de bajas emisiones, que permitan a Madrid alcanzar los objetivos de calidad del aire y clima”, afirmó.
Azcárate explicó que “además de las medidas centradas en la redistribución y gestión del espacio público, como la Zona de Emisiones Bajas (ZEB) Central de Madrid, que abarca 480 ha, y la apertura de más espacio para ciclistas y peatones, el desarrollo de vehículos de energías alternativas es una acción transversal”. En este sentido, destacó la incorporación de nuevos vehículos a las flotas municipales, y puso como ejemplo que el 65% de la flota de autobuses, 1.340, se mueven con gas natural; que ya cuentan con una cuarentena de autobuses y minubuses eléctricos; y que este año 2019 está previsto incorporar 35 autobuses eléctricos más.
En el marco del Plan A, “tenemos el compromiso local para conseguir una reducción del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes del tráfico rodado en 2030 con respecto a 2012”, afirmó Azcárate.
Roebbel recordó que el 91% de la población mundial respira aire contaminado y que más de 3.000 millones de personas cocinan con fuentes energéticas contaminantes en sus casas. “Las ciudades del mundo están creciendo rápidamente, y por ello las políticas para mejorar el aire urbano deben hacer frente a esta mayor exposición de las personas que viven en entornos urbanos”, aseveró Roebbel.
La representante de la OMS afirmó que es necesario un liderazgo global, coordinación entre los diferentes sectores sociales y las organizaciones intergubernamentales, planes nacionales y locales y, sobre todo, que la salud esté en el centro de las políticas urbanas. E hizo un llamamiento a las instituciones públicas para invertir más en medidas de prevención, que hoy apenas representan un 4% del gasto en salud pública.
En este sentido, María Eugenia Coronado, directora general de la Fundación Naturgy, afirmó que “no hay una solución única para tratar de mitigar la contaminación en las ciudades, que proviene principalmente del tráfico rodado, por lo que es imprescindible analizar con detalle cada área urbana para aplicar las medidas óptimas que permitan alcanzar los resultados deseados de reducción de emisiones contaminantes”. Destacó igualmente la necesidad de establecer medidas adecuadas para cada ciudad, teniendo en cuenta la relación coste-beneficio versus los resultados esperados, y considerando, entre otras, las características geográficas y climáticas, los hábitos y necesidades de sus habitantes y las alternativas tecnológicas y de combustible que permitan mayor sostenibilidad según su uso.
Por su parte, Daniel Calleja, director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea (CE), que participó en la apertura del seminario, enfatizó la mejora de la calidad del aire en zonas urbanas a través de acciones a nivel europeo, nacional, regional, local y por parte del sector privado. Calleja señaló que, en la UE, la deficiente calidad del aire causa 400.000 muertes prematuras y supone un coste de 24.000 millones de euros cada año, También recordó que la calidad del aire es la segunda preocupación de los ciudadanos de la UE, sólo por detrás del cambio climático. Por ello, la Comisión Europea ha iniciado un proceso de evaluación regulatoria de la legislación medioambiental.
Los casos de Berlín, la Lombardía y Madrid
El jefe de Gestión de la Calidad del Aire en el Departamento de Medio Ambiente, Transporte y Protección del Clima de Berlín, Martin Lutz, presentó los resultados del programa “No diesel without a filter”, gracias al cual los niveles de partículas de la capital alemana se han reducido considerablemente. Sin embargo, explicó que, a pesar de los esfuerzos realizados, Berlín sigue luchando para cumplir la norma de calidad del aire para el dióxido de nitrógeno (NO2), igual que muchas otras grandes ciudades de Europa. También se refirió al incumplimiento de las normas de control de emisiones de la UE para los vehículos diesel y la creciente presión para que se actúe con rapidez a raíz de las sentencias de los tribunales alemanes y los procedimientos de infracción incoados por la CE contra Alemania.
“Berlín cumple los valores límite de partículas, pero dadas las crecientes pruebas del efecto sobre la salud a niveles de contaminación aún más bajos, sigue habiendo buenas razones para adoptar nuevas medidas para aproximarse a los niveles de referencia más protectores de la OMS en 2030”, afirmó Lutz.
Lutz destacó algunas medidas clave del nuevo proyecto de plan de calidad del aire de Berlín, presentado hace apenas dos semanas a consulta pública. Además de las de emergencia, como restricciones de acceso a vehículos diésel que aún superan el valor límite de NO2, el plan intenta de nuevo aplicar medidas a escala de toda la ciudad, para reducir los valores de NO2 en 2020 y para modificar la movilidad urbana, pasando del vehículo privado a modos de transporte más sanos y compatibles con la ciudad.
Guido Lanzani, jefe de la Unidad de Calidad del Aire de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de la Región de Lombardía, explicó que las características orográficas y meteorológicas de la región determinan unas condiciones de dispersión muy deficientes, y “a pesar de una tendencia significativa a la disminución de las emisiones durante años, a menudo se supera el límite diario de partículas y el límite anual de NO2”.
“El tráfico rodado es la principal fuente de emisión de óxidos de nitrógeno en todo el valle del Po, mientras que la quema de madera es responsable del 44% de la emisión de partículas”, explicó Lanzani. “Hemos sentado las bases para reducir esta fuente de contaminantes, con una clasificación de las calefacciones, la prohibición progresiva del uso de las peores y requisitos cada vez más ambiciosos para las nuevas instalaciones” afirmó, y puso énfasis también en los programas de “información y sensibilización a la población puestos en marcha”. Con el plan de calidad del aire implantado en la región de Lombardía, “en 2025 está previsto que se respeten plenamente las normas en materia de partículas y NO2”.
Por su parte el subdirector de Energía y Cambio Climático del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Juan Azcarate, explicó que el Plan de Madrid para la Calidad del Aire y el Cambio Climático (Plan A) tiene por objeto promover vehículos más limpios en sectores clave que tienen un impacto significativo en las emisiones derivadas del tráfico rodado. “El transporte es la principal fuente de contaminantes atmosféricos y de emisiones directas de gases de efecto invernadero en la ciudad, y el Plan A incluye acciones e instrumentos combinados hacia una movilidad de bajas emisiones, que permitan a Madrid alcanzar los objetivos de calidad del aire y clima”, afirmó.
Azcárate explicó que “además de las medidas centradas en la redistribución y gestión del espacio público, como la Zona de Emisiones Bajas (ZEB) Central de Madrid, que abarca 480 ha, y la apertura de más espacio para ciclistas y peatones, el desarrollo de vehículos de energías alternativas es una acción transversal”. En este sentido, destacó la incorporación de nuevos vehículos a las flotas municipales, y puso como ejemplo que el 65% de la flota de autobuses, 1.340, se mueven con gas natural; que ya cuentan con una cuarentena de autobuses y minubuses eléctricos; y que este año 2019 está previsto incorporar 35 autobuses eléctricos más.
En el marco del Plan A, “tenemos el compromiso local para conseguir una reducción del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes del tráfico rodado en 2030 con respecto a 2012”, afirmó Azcárate.